Reseña: Desconexión - Neal Shusterman

★Autor: Neal Shusterman

★Título: Desconexión

★Editorial: Anaya

★Nº de páginas: 416

★Precio: 16,00€

¿Qué harías si decidieran desconectarte? Connor, Risa y Lev tal vez consigan escapar..., pero ¿sobrevivirán? Tres vidas distintas. Una ley implacable. Un único final. 

Desconexión es uno de esos libros que muchos conocen pero pocos han leído. En mi caso, llevaba muchísimo tiempo, puede que años, en mi estantería, e incluso una vez lo empecé a leer y lo abandoné. A pesar de todo, como sé que le ha gustado a mucha gente que lo ha leído, me decidí a darle otra oportunidad y la verdad es que no me he arrepentido. Me ha encantado, no entiendo cómo pude abandonarlo, pues de hecho estoy deseando empezar a leer ya su segunda parte, aunque de momento leeré unos cuantos libros en medio para que no se me acabe la historia tan pronto.

En el futuro, tras la Segunda Guerra Civil de Estados Unidos, se aprueba el llamado <<Tratado Vital>>, que establece que la vida humana es inviolable desde el momento de la concepción hasta que el niño alcanza la edad de trece años. Entre los trece y dieciocho años, en cabio, los padres pueden decidir <<abortar>> a su hijo, con la condición de que desde un punto de vista técnico, no muera. Todas y cada unas de las partes de su cuerpo serán trasplantadas a otras personas que lo necesiten. A esto se le conoce como <<desconexión>>.

Todo comienza con Connor, un chico problemático aunque feliz, que siempre se mete en peleas, pero se lleva bien con su hermano y sus padres. Por eso mismo para él es una gran sorpresa encontrar unos papeles que indican que sus padres han decidido desconectarlo. Connor no se rendirá fácilmente, así que hará todo lo posible para escapar, mantenerse escondido hasta que cumpla los 18 años y así conseguir sobrevivir.

Por otra parte encontramos a Risa, una chica huérfana que toca el piano pero que parece ser que no resulta rentable para el Estado, así que en la Casa Estatal en la que vive la informan de que han decidido desconectarla.

Yo no iba a llegar muy lejos; pero ahora, según las estadísticas, hay más probabilidades de que alguna parte de mí, en alguna parte del mundo, se convierta en algo excelente. Y prefiero ser parcialmente excelente que enteramente inútil.

Lev, el último protagonista, es un chico de 13 años que es el décimo hijo de una familia muy religiosa que ha decidido que lo entregarán a Dios, a la desconexión, como si fuera un diezmo. Pero a Lev eso no le importa, es más, está contentísimo y orgulloso de sí mismo por poder honrar así a su familia.

Tres chicos diferentes que no tienen nada que ver. Tres chicos destinados a la desconexión con un único propósito: sobrevivir.

Risa es un personaje que no me ha gustado para nada, pues me parecía tontísima. En cambio Connor, en mi opinión, es algo más valiente y sabe enfrentarse de verdad a lo que le espera, por lo que él sí me ha gustado bastante. Levi, Lev, en un principio me caía no mal, sino fatal, pero menos mal que a lo largo del libro ha ido cambiando completamente de personalidad, hasta convertirse en el que es mi personaje favorito. Además de ellos tres, aparecen diferentes personajes, de los cuales me han gustado unos más y otros menos, pero en general todos tenían algo bueno que aportar.

Está narrado en tercera persona desde el punto de vista de Connor, Risa, Lev y otros muchos más personajes, que se va alternando entre sí.

Si el alma existe o no, Connor no lo sabe. Pero la conciencia sí que existe, de eso está seguro. Si cada parte de un desconectado sigue con vida, entonces esa conciencia tiene que ir a algún lado, ¿no?

Al principio se me ha hecho algo lento el libro, pero a medida que avanzaba cada vez me gustaba más y estaba deseando poder sacar un rato para poder leer y saber cómo continuaba la historia. El final también me ha gustado mucho y, como he dicho antes, estoy deseando leer ya su segunda parte. Así que sin duda, recomendaría este libro a cualquiera.